La fuerza como principio vitalNo hay salud sin fuerza. No hay rendimiento sin fuerza. No hay vida sin fuerza. Todo lo que somos —desde la locomoción hasta el metabolismo, desde la postura hasta la longevidad— está atravesado por una sola capacidad madre: la fuerza.
Durante años enfoqué mi labor profesional en el rendimiento. Buscaba marcas, velocidad, volumen. Hasta que comprendí que sin salud real, todo rendimiento es transitorio. Entrenábamos de noche, comíamos como si el combustible fácil lo fuera todo, ignorábamos los ritmos circadianos y la exposición a la naturaleza. Estábamos fuertes en apariencia, pero inflamados, estresados y, en el fondo, frágiles. Esa experiencia me llevó a evolucionar: del fitness al wellness. Del rendimiento vacío a la fuerza real.
Y la fuerza real no es solo muscular. Es neurológica, hormonal, metabólica, incluso emocional. Y se construye entrenando como lo que somos: animales diseñados para adaptarnos a cargas, no para evitarlas. El entrenamiento de fuerza de alta intensidad, planificado y progresivo, es el estímulo más potente que podemos aplicar para transformar el cuerpo humano. Estimula la síntesis proteica, eleva la testosterona, regula la insulina, activa las mitocondrias, fortalece los huesos, mejora la movilidad real y nos hace funcionales, longevos, humanos¹²³.
En este marco, el cardio tradicional pierde sentido. La evidencia nos muestra que entrenamientos de fuerza bien estructurados y ejecutados a intensidades altas generan mejoras cardiorrespiratorias comparables (y muchas veces superiores) al cardio convencional, sin los efectos catabólicos, sin el desgaste innecesario, sin la fatiga acumulada que tanto limita la progresión. Si entrenamos fuerza de verdad, ya estamos haciendo cardio. Y lo estamos haciendo mejor⁴⁵.
Lo mismo sucede con los estiramientos. El cuerpo no necesita elongar para "sentirse mejor". Necesita contraerse, activarse, responder. La movilidad se gana desde la fuerza, no desde la pasividad. Tracciones, empujes, bisagras de cadera, sentadillas profundas. Ahí está todo. Si el entrenamiento está bien diseñado, el cuerpo se mantiene flexible, funcional, ágil y resistente. Estirar por estirar es una pérdida de tiempo y, peor aún, una posible fuente de lesión y disfunción neuromuscular⁶⁷.
El entrenamiento de fuerza no es negociable. Es el punto de partida para todo: para estar sanos, para rendir, para vivir más y mejor. Y como todo estímulo transformador, funciona porque es un estresor hormético. El cuerpo se fortalece al ser desafiado. No hay adaptación sin fricción. No hay progreso sin carga.
Por eso, en Remo Bertelli Fitness & Wellness, la fuerza es el primer mandamiento. Porque entendemos que el camino hacia la salud y el rendimiento sostenible comienza por levantar, empujar, traccionar y resistir. Con intensidad. Con inteligencia. Con propósito.
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Referencias- Phillips, S. M. (2014). A brief review of critical processes in exercise-induced muscular hypertrophy. Sports Medicine, 44(Suppl 1), 71–77.
- Westcott, W. L. (2012). Resistance training is medicine: effects of strength training on health. Current Sports Medicine Reports, 11(4), 209–216.
- Schoenfeld, B. J. (2010). The mechanisms of muscle hypertrophy and their application to resistance training. Journal of Strength and Conditioning Research, 24(10), 2857–2872.
- Steele, J., et al. (2012). The cardiovascular response to resistance training. Journal of Exercise Physiology Online, 15(3), 28–37.
- Fisher, J., et al. (2017). Evidence-based resistance training recommendations for muscular hypertrophy. Medicine & Science in Sports & Exercise, 49(6), 1204–1210.
- Simic, L., Sarabon, N., & Markovic, G. (2013). Does pre-exercise static stretching inhibit maximal muscular performance? Scandinavian Journal of Medicine & Science in Sports, 23(2), 131–148.
- Behm, D. G., & Chaouachi, A. (2011). A review of the acute effects of static and dynamic stretching on performance. European Journal of Applied Physiology, 111, 2633–2651.